¿Qué es la fatiga laboral cognitiva? Conoce cómo afecta a tu empresa y empleados
Fecha de la última actualización 31 may 2025

Cuando tu bandeja de entrada está desbordada, el teléfono no deja de sonar y ya llevas cinco minutos de retraso para una reunión programada… y, para colmo, el proyecto que debía entregarse la semana pasada sigue sin terminar, bueno, es probable que simplemente estés teniendo un mal día en la oficina. La mayoría de nosotros hemos tenido días así. Sin embargo, cuando el estrés laboral se vuelve constante y prolongado, puede contribuir al desarrollo de fatiga cognitiva y, eventualmente, al burnout.
Es aquí cuando los equipos de RR.HH y líderes de la empresa comienzan a ver esta situación: Los colaboradores llegan puntuales, cumplen con lo asignado, participan en las reuniones. Pero, les cuesta concentrarse, olvidan tareas simples, cometen errores poco comunes o se frustran con más facilidad. No es falta de actitud ni desinterés.

¿Qué es la fatiga laboral cognitiva?
La fatiga laboral cognitiva se refiere al deterioro en la capacidad de pensar con claridad y mantener la concentración en el lugar de trabajo. Al igual que la fatiga física, una actividad mental prolongada puede provocar cansancio que afecta el funcionamiento de la mente.
De acuerdo con algunas investigaciones, la fatiga cognitiva se refiere a una disminución en el rendimiento mental al realizar tareas que exigen una actividad intelectual sostenida. También puede manifestarse como una sensación subjetiva de cansancio que surge durante este tipo de actividades.
La fatiga cognitiva ocurre cuando la mente está sobreexigida de forma sostenida y ya no logra responder con claridad ni eficiencia. Y en el entorno laboral actual, donde las interrupciones constantes, el multitasking, los plazos ajustados y la hiperconexión son parte del día a día, esta forma de fatiga es más que común y está silenciosamente normalizada por la cultura moderna.
Pero ojo (mucho ojo) las consecuencias sí que no son silenciosas. Porque cuando el cerebro colapsa, el cuerpo lo siente y el corazón se apaga. Esto hace que el trabajo se fragmente, la motivación se diluya y la salud emocional se resienta.
Te recomendamos leer: ¿Cuánto le cuesta la fatiga laboral a tu empresa?
¿Cuáles son los síntomas y señales de la fatiga cognitiva en el trabajo?
A diferencia del agotamiento físico, que se reconoce más fácilmente, la fatiga cognitiva se camufla. Se disfraza de desorganización, de despistes y de baja tolerancia. Pero si prestas atención, verás señales claras de los síntomas comunes de fatiga cognitiva en el entorno laboral.
Según el Dr. David Tzall, los síntomas de la fatiga cognitiva pueden variar. Aún así, algunos de los indicadores más comunes incluyen:
- Dificultad para concentrarse y mantener la atención al realizar tareas, tomar decisiones o seguir el hilo de una conversación.
- Mayor tiempo necesario para completar tareas mentales que normalmente se realizan con rapidez.
- Olvidos frecuentes y problemas para recordar información o eventos.
- Menor capacidad para resolver problemas complejos o pensar de forma crítica.
- Disminución de la creatividad.
- Mayor frecuencia de errores.
Este desgaste mental tiene un efecto dominó. Se acumula día tras día, y termina afectando la calidad del trabajo, las relaciones dentro del equipo, la capacidad creativa y, por supuesto, la salud emocional de las personas.
¿Cuáles son las causas de la fatiga cognitiva?
La sobresaturación de información en la que vivimos nos pide pensar y actuar rápidamente todo el tiempo pero rara vez ofrece espacios para que la mente descanse, o al menos sentarse a pensar meticulosamente los movimientos. Reuniones encadenadas, mensajes constantes, tareas de alta demanda mental y pocas oportunidades de desconexión real son el resultado de una sobrecarga sostenida del sistema nervioso.
Además, la presión por mantener el ritmo sin errores genera una hiperactivación mental. Hablamos de muchas ventanas abiertas, pero poca capacidad para procesar. Y eso agota. La verdad es que agota mucho y lo sabes, de hecho estás leyendo un artículo sobre esto.
Según el psicólogo David Tzall, hay muchas causas posibles de la fatiga cognitiva. Algunas de las más comunes son:
- Falta de sueño: Dormir bien es clave para que el cerebro funcione correctamente. Cuando no descansamos lo suficiente, nuestra atención, memoria y capacidad para tomar decisiones se ven afectadas.
- Estrés laboral: El estrés constante puede dañar el rendimiento mental. Afecta la concentración, la memoria y la capacidad de enfocarse.
- Demasiadas tareas al mismo tiempo: Si tenemos mucha información o muchas cosas que hacer, el cerebro se satura y le cuesta procesarlo todo bien.
- Multitasking: Hacer varias cosas a la vez divide nuestra atención y reduce nuestro rendimiento mental.
- Problemas de salud mental: Trastornos como la ansiedad o la depresión pueden dificultar la concentración y la memoria.
- Entornos poco favorables: Lugares con poca luz, mucho ruido u otras distracciones pueden afectar la forma en que pensamos y procesamos la información.
- Hábitos poco saludables: El sedentarismo o pasar muchas horas frente a la computadora también puede derivar problemas de fatiga cognitiva.
- Mala alimentación: Una dieta poco saludable o con deficiencias puede dañar la salud del cerebro.
- Medicamentos y sustancias: Algunos fármacos, el alcohol o las drogas pueden afectar la memoria, el juicio y otras funciones mentales.
La buena noticia es que se puede prevenir y reducir con acciones concretas, tanto desde la cultura organizacional como desde la estrategia de bienestar. Aprende a optimizar el presupuesto de tu estrategia de bienestar laboral.
¿Cómo impacta la fatiga cognitiva en la empresa?
Cuando se habla de fatiga cognitiva, es fácil pensar que es un asunto individual, algo que el colaborador debe gestionar con técnicas de concentración o una mejor rutina de sueño. Pero en realidad, la fatiga mental sostenida es una señal estructural. Su impacto no se limita a la experiencia personal, se refleja directa e indirectamente en la productividad, la rentabilidad y la cultura organizacional.
Una empresa con equipos cognitivamente fatigados no funciona a su capacidad real. Lo hace a una fracción de su potencial. Pero como el deterioro es progresivo, muchas organizaciones no se dan cuenta de que están perdiendo rendimiento hasta que ya es demasiado evidente.
Antes de conocer cada uno de los impactos de la fatiga, profundiza en los tipo de agotamiento laboral que tienen los empleados.
Impacto #1: Caída de la productividad silenciosa
Uno de los efectos más inmediatos de la fatiga cognitiva es una disminución constante en la capacidad de concentración. Tareas que antes se resolvían en una hora ahora toman dos o más. La mente fatigada necesita más tiempo para enfocarse, más esfuerzo para procesar información y más pausas para no colapsar, pausas cada vez más prolongadas. Esto genera un efecto acumulativo que ralentiza proyectos, incrementa los tiempos de entrega y deteriora la eficiencia del equipo, sin que se note de inmediato.
Ejemplo real: un equipo de ventas cognitivamente fatigado puede responder correos con demoras, registrar mal datos importantes en un CRM o simplemente perder oportunidades de negocio porque ya no tienen la energía para insistir con inteligencia.

Impacto #2: Aumento de errores operativos y decisiones reactivas
Una mente sobrecargada toma peores decisiones. No por falta de inteligencia, sino porque está operando al límite de su capacidad funcional. Las personas fatigadas tienden a:
- Omitir detalles importantes.
- Elegir la solución más rápida, no la más efectiva.
- Reaccionar impulsivamente ante conflictos o solicitudes.
- Dudar al tomar decisiones cotidianas, lo que bloquea procesos.
Estos errores generan costos ocultos en tiempo, retrabajo, atención al cliente y calidad del producto final, afectando la percepción externa e interna de la marca.
Impacto #3: Desgaste emocional y conflictos internos
La fatiga mental también reduce la tolerancia emocional. Colaboradores que antes resolvían diferencias con empatía, ahora se irritan más fácilmente, se aíslan o se vuelven pasivos. Esto afecta la colaboración, debilita la confianza en los equipos y genera un ambiente de tensión constante. Y ese ambiente deteriorado es terreno fértil para la rotación silenciosa.
Además, los liderazgos también se ven afectados. Jefes fatigados pierden la capacidad de contención emocional, se vuelven más directivos, menos estratégicos, y eso limita la innovación, el alineamiento y la motivación del equipo.
Te recomendamos leer: Los jefes y gerentes también sufren de burnout laboral: ¿Qué hacer para combatirlo?
Impacto #4: Rotación laboral por desgaste
Muchas personas no renuncian por una mala experiencia puntual. Renuncian por una acumulación de fatiga mental no atendida, por sentir que su salud mental está en riesgo o que no hay salida dentro de la organización. Cuando la fatiga cognitiva no se gestiona, se convierte en fuga de talento.
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Y cada salida tiene un costo: tiempo de vacante, reclutamiento, onboarding, curva de aprendizaje, y un impacto cultural difícil de medir:
“si se fue ella, que siempre estaba tan comprometida, ¿Qué nos espera a los demás?”
Impacto #5: Daño a la reputación como empleador
Hoy, las personas investigan cómo se trabaja en una empresa antes de postularse. Si la experiencia laboral está marcada por exigencias mentales excesivas, falta de pausas reales o desorganización, esa narrativa se filtra: en Glassdoor, en LinkedIn, en conversaciones privadas. Una organización que genera fatiga crónica pierde atractivo de marca empleadora, y esto complica aún más la contratación de perfiles valiosos.
Impacto #6: Pérdida de innovación y pensamiento estratégico
Uno de los efectos de la fatiga mental en la productividad, innovación y cultura organizacional, se refleja en la creatividad y la estrategia puesto que requieren descanso mental. Un equipo cognitivamente agotado no tiene espacio para imaginar, para construir, para resolver problemas de raíz. Se limita a ejecutar lo urgente. Y cuando esto se vuelve el patrón dominante, la empresa entra en modo reactivo, operando solo para apagar incendios, sin tiempo para rediseñar, evolucionar o crecer con visión de largo plazo.
Queda claro entonces que la fatiga cognitiva es una amenaza silenciosa. No se ve en los reportes contables ni se mide con exactitud en un dashboard, pero se filtra en cada reunión improductiva, en cada error evitable, en cada colaborador que ya no es el mismo y en cada buena idea que nunca se propuso porque el equipo simplemente ya no tenía cabeza para más.
Pero también es reversible, eso es lo importante. Si se detecta a tiempo y se responde con herramientas adecuadas, como las que ofrece Wellhub, la empresa puede recuperar claridad, energía y foco en sus equipos, sin esperar a que el desgaste se convierta en crisis.
¿Cómo tratar la fatiga cognitiva?
El consejero Marty A. Cooper, PhD, propone un proceso sencillo de tres pasos para gestionar la fatiga mental de forma efectiva:
- Detente
“Cuando una persona nota que se siente mentalmente cansada, lo primero que debe hacer es interrumpir la tarea que está realizando”, explica Cooper.
A menudo evitamos tomar una pausa de cinco o diez minutos por miedo a atrasarnos. No obstante, hacer una breve pausa y regresar con la mente más despejada puede mejorar tanto la eficiencia como la calidad del trabajo.
- Haz una pausa consciente
“Durante ese descanso breve, es momento de revisar cómo están la mente y el cuerpo”, señala Cooper.
Pregúntate: ¿Dónde estoy acumulando tensión? ¿En las sienes, los hombros, la espalda? También puedes observar tu mente: ¿Está saltando de un pensamiento a otro sin cesar? Tómate un momento para conectar con lo que estás sintiendo o pensando aquí y ahora.
- Ajusta lo necesario
“Con base en lo que observes durante ese chequeo, haz pequeños cambios que te ayuden a desconectarte del agotamiento mental”, sugiere Cooper.
Algunas acciones simples que pueden ayudarte incluyen:
- Apagar la computadora o los dispositivos electrónicos
- Atenuar la luz del espacio
- Eliminar ruidos externos, como la televisión
- Reducir el ritmo de tus actividades
A continuación te dejamos una tabla práctica y fácil de comprender con los síntomas de fatiga en tu organización, las acciones correctivas a implementar y lo ofrecemos en Wellhub como tu mejor aliado para el bienestar laboral de tus colaboradores.
Síntoma en tu organización | Acción correctiva práctica | ¿Qué ofrece Wellhub como solución? |
Colaboradores que se distraen fácilmente o pierden enfoque | Implementar micro-descansos y pausas guiadas | Acceso a apps de mindfulness ideales para reducir los niveles de cansancio y estrés |
Sensación generalizada de cansancio mental | Fomentar actividad física diaria | Alianzas con gimnasios, clases de yoga, box, HIIT y apps fitness integradas |
Decisiones lentas o reactivas, incluso en tareas simples | Brindar herramientas de apoyo emocional y manejo del estrés | Terapia digital, apps para manejo del estrés y contenidos de bienestar |
Líderes con poca empatía o respuesta emocional reducida | Formar líderes en gestión emocional | |
Dudas sobre si las acciones están funcionando | Medir impacto con reportes claros por área y uso | Dashboard con datos en tiempo real sobre uso y participación de los colaboradores |
¿Qué te resuelve esta estructura?
- Simplifica la adopción de una estrategia de bienestar cognitivo.
- Permite tomar decisiones desde RRHH o dirección con base en problemas claros.
- Vincula cada punto de dolor organizacional con una solución técnica validada.
- Activa el pensamiento de compra sin necesidad de un pitch comercial directo.

¿Qué hacer para prevenir este problema?
Cooper sugiere las siguientes estrategias para prevenir o minimizar la fatiga cognitiva:
Dormir bien
La fatiga mental puede aparecer cuando no se duerme lo suficiente. Si alcanzar un sueño de calidad resulta difícil, es recomendable acudir a un profesional que pueda brindar orientación personalizada.
Organiza tu agenda con intención
Sobrecargarse de actividades o enfrentar múltiples demandas al mismo tiempo puede agotar los recursos mentales. Por eso, es fundamental incluir pausas en el día para permitir que la mente y el cuerpo se reinicien.
Ejercicio regular y prácticas de mindfulness
La actividad física frecuente estimula la liberación de neurotransmisores que favorecen el bienestar y ayudan a prevenir la fatiga. Incorporar también actividades de atención plena —como la meditación o ejercicios de respiración consciente— puede promover la relajación y facilitar el enfoque en el momento presente.
Reducir la fatiga mental sí es posible, actúa antes de que afecte tu equipo
Hay algo más costoso que la rotación, el ausentismo o los errores operativos. Es ese momento en que tu equipo deja de pensar con claridad. Cuando el trabajo se vuelve mecánico, las reuniones se alargan sin sentido y la creatividad desaparece. Todo sigue funcionando pero cada vez con más esfuerzo y menos energía.
La fatiga cognitiva no avisa con una red flag. Se instala lentamente en las decisiones, en los silencios, en los olvidos. Hasta que un día, te das cuenta de que las personas que antes brillaban ahora solo resisten. Y en ese momento, hay dos caminos, como cuando Morfeo le dio a Neo a escoger entre dos pastillas. Si te tomas la pastilla azul puedes seguir pidiendo resultados sin mirar el desgaste del equipo, o puedes elegir la pastilla roja y tomar la decisión de construir un entorno donde el rendimiento venga de la claridad, no del sacrificio.
En Wellhub somos ese aliado para hacer eso posible. No necesitas reinventar tu estrategia de bienestar. Solo necesitas una plataforma ya validada, accesible, que acompañe a tus colaboradores en cuerpo, mente y emociones. Vamos desde la prevención hasta la acción, desde el dato hasta la experiencia. ¡Ya sabemos hacerlo!
Recuperar el enfoque, la energía y el compromiso de tu equipo empieza con una conversación. Habla con un asesor de Wellhub y recibe una propuesta hecha a la medida de tu empresa.

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