Los 5 estilos de liderazgo más efectivos en 2025
Es común que los profesionales que se dedican a fomentar los procesos de liderazgo empresarial lo hagan de manera tradicional, enmarcando sus funciones en tipologías de liderazgo ya ampliamente conocidas como lo son: el liderazgo autocrático, democrático, Laissez-Faire, transformacional, marcapasos, burocrático, transaccional o de servicio y de coaching, los cuales son los tipos de liderazgo más conocidos.
No obstante, en este artículo nos enfocaremos en el modelo Cabeza, Corazón y Manos.
El Modelo Cabeza, Corazón y Manos se basa en la teoría de liderazgo integral, que combina aspectos cognitivos, emocionales y prácticos. Este modelo se inspira en los conceptos de Ronald Heifetz y Marty Linsky, de su texto Leadership on the Line que destaca la importancia de liderar con la cabeza, el corazón y las manos.
Por su parte, existen dos tipos de liderazgo que también se perfilan con fuerza: el liderazgo corporativo y el influenciador, ambos planteados por el docente de la Universidad de California Gary Yukl en su libro Leadership in Organizations.
Vamos por partes:
Modelo de Liderazgo Cabeza, Corazón y Manos
En los contextos empresariales con que nos enfrentaremos en el año 2025, los líderes necesitan estrategias sólidas que logren integrar la experiencia técnica de su quehacer, con las capacidades de conocimiento, y la necesidad de conectar con los equipos de trabajo para inspirarlos a actuar de manera más productiva.
El Modelo de Liderazgo Cabeza, Corazón y Manos, es una respuesta efectiva a las demandas de las nuevas dinámicas empresariales. Es un enfoque muy completo que promueve un liderazgo que reflexiona, conecta emocionalmente e intenciona la implementación de acciones, lo cual es esencial para liderar equipos en entornos de constante cambio.
La cabeza o pensamiento crítico
La "Cabeza" en este modelo se enfoca en la estrategia, el análisis y el pensamiento crítico, herramientas indispensables para navegar entre la complejidad y la incertidumbre que definen al entorno empresarial moderno.
La Cabeza le da al líder la capacidad de analizar, comprender, sintetizar y estructurar soluciones ante los problemas y retos que enfrenta su organización.
Para el año 2025, la capacidad de pensar de forma estratégica se vuelve crucial, dado que los líderes no solo se enfrentarán a problemas complejos sino también a la incertidumbre y la ambigüedad que traen consigo las nuevas tecnologías.
Esta parte del liderazgo implica una visión clara y la habilidad de distinguir entre problemas técnicos y adaptativos a los diversos contextos, lo que es vital en este modelo.
La Cabeza asume los problemas técnicos bajo soluciones claras basadas por la experiencia y los conocimientos existentes, pero los problemas adaptativos requieren un enfoque diferente: el aprendizaje constante y la capacidad de innovación.
El uso de la Cabeza implica la capacidad de diagnosticar con precisión los diversos entornos empresariales, utilizando para ellos herramientas analíticas y de prospectiva que permiten entender dónde está la organización y hacia dónde necesita dirigirse.
Y es que en un contexto de transformación digital y economía acelerada, de globalización y competencia emergente, es fundamental tener un enfoque estructurado que permita identificar tendencias, claves, riesgos potenciales y oportunidades ocultas.
Es entonces que la Cabeza se convierte en el centro de la estrategia: permite pensar en el presente, comprender el pasado y prepararse para el futuro.
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El corazón o la conexión emocional
El término Corazón en este modelo se refiere a la capacidad del líder para conectar emocionalmente con el equipo, generando un entorno donde la empatía y el compromiso son valores esenciales.
Para el año 2025, donde la transformación laboral y la búsqueda de un balance vida-trabajo están en el centro de las nuevas generaciones, no debe ser ajeno a la agenda empresarial, por lo que el aspecto emocional del liderazgo se vuelve fundamental.
El Corazón permite mostrarse vulnerable, ser auténtico y preocuparse de manera genuina por el bienestar de los miembros del equipo. Los líderes que demuestran empatía construyen relaciones de confianza, lo cual fomenta un mayor compromiso y sentido de pertenencia.
El Corazón también implica la capacidad de motivar e inspirar a las personas. No se trata solo de alcanzar objetivos, sino de asegurarse de que los equipos se sientan valorados, escuchados y que su trabajo tenga un impacto significativo.
En los escenarios de trabajo que son cada vez más remotos o híbridos, la conexión afectiva juega un papel predominante para evitar la desconexión y la alienación del equipo.
Los líderes deben estar en la capacidad de reconocer los logros, por más pequeños que sean. Asimismo, deben existir espacios donde la comunicación sea abierta y cercana, donde exista la comodidad de compartir y recibir ideas
Finalmente, el Corazón se vincula con la capacidad de gestionar las emociones propias y de los demás. Un buen líder sabe manejar situaciones de conflicto, calmar tensiones y motivar a cada uno de los colaboradores cuando se enfrentan a grandes desafíos.
El Corazón no debe verse con ojos de resultados, sino más bien, con la capacidad de gestionar dolores y resistencias al cambio.
De esta manera, el Corazón se convierte en un pilar fundamental para generar una cultura organizacional donde las personas se sienten motivadas, apoyadas y alineadas con un propósito común.
Las manos o las acciones prácticas
El término Manos representa la capacidad del líder para llevar a la práctica las ideas y las estrategias, convirtiendo la visión en acciones concretas y resultados tangibles. Nada más claro que inspirar desde el ejemplo.
Para el año 2025, la capacidad de ejecutar y de generar un impacto real será más importante que nunca, especialmente donde las personas son cada vez más exigentes, tienen acceso a referentes e información privilegiada, y la dinámica de mercado e internet exige agilidad y capacidad de actuación.
Las Manos simbolizan la habilidad de transformar la planificación en acción, buscando que los objetivos estratégicos se materialicen de manera efectiva.
El liderazgo de Manos también implica la coordinación y el trabajo colaborativo. No se trata solo de que el líder actúe, sino de que inspire a los demás a actuar en conjunto.
Una buena ejecución requiere la correcta organización de equipos, una distribución de responsabilidades y la asignación de los recursos necesarios para que cada miembro de la compañía pueda cumplir con sus tareas.
En este sentido, un líder debe ser capaz de facilitar el trabajo del equipo, eliminando obstáculos y garantizando que todos tengan las herramientas y el apoyo necesario para avanzar.
Y es que las Manos también se relacionan con la capacidad de adaptación. En un mundo tan cambiante por la inmersión constante de tecnología como el que se proyecta para el año 2025, los planes iniciales a menudo deben ajustarse sobre la marcha.
Modelo de Liderazgo Corporativo y el Influenciador
Como ya lo hemos venido mencionando, en el mundo del liderazgo existen múltiples enfoques que permiten a las personas guiar, inspirar y transformar organizaciones y comunidades.
Dos de los tipos de liderazgo que más se destacan pero de los que poco se habla son el liderazgo corporativo y el influenciador. Cada uno tiene características únicas que lo hacen relevante en diferentes contextos, entenderlos a fondo puede ayudarnos a generar estructuras organizacionales bien fundamentadas.
El liderazgo corporativo
El liderazgo corporativo se centra en la capacidad de dirigir y gestionar una organización para alcanzar objetivos a largo plazo. Este tipo de liderazgo está enfocado principalmente en buscar y encontrar una eficiencia organizacional, la optimización de procesos, y la implementación de estrategias que permitan mantener la competitividad y el crecimiento sostenible de la empresa.
Los líderes corporativos suelen ocupar roles altos dentro de la estructura organizacional, como directores ejecutivos, gerentes y altos mandos administrativos.
Su autoridad proviene, en gran parte, de su posición jerárquica, y su influencia se basa en las habilidades para tomar decisiones estratégicas, resolver problemas complejos y liderar equipos hacia la consecución de los objetivos definidos por la organización.
El líder corporativo está en la capacidad de definir una visión clara que guía a la organización hacia un futuro deseable, asegurando la alineación de los recursos con la misión de la empresa.
Esta persona, al estar involucrada en la planificación a largo plazo, por ser directivo, identifica riesgos y oportunidades, y traza caminos para el crecimiento y la sostenibilidad.
Asimismo, promueve una cultura que favorece la productividad, la colaboración y la innovación, estableciendo políticas y procedimientos que alineen el comportamiento de los empleados con la estrategia de la empresa.
El año 2025 estará marcado por una digitalización masiva de los procesos laborales y el auge de tecnologías como la inteligencia artificial, el internet de las cosas (IoT), y el análisis avanzado de datos. En este sentido, un líder corporativo garantiza la adopción de nuevas tecnologías y prepara al equipo para una transición digital.
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El liderazgo influenciador
El liderazgo influenciador se basa en la capacidad de inspirar y persuadir a otros sin necesidad de tener una autoridad formal o jerárquica. Es más orgánica.
Se enfoca en la influencia del relacionamiento interpersonal y la capacidad de generar cambios en los pensamientos, actitudes o comportamientos de otros.
Este tipo de liderazgo es muy evidente cómo se ve dentro de las organizaciones como fuera de ellas, en el ámbito de la vida en comunidad. Se caracteriza por la habilidad para movilizar a las personas hacia una causa, idea o visión, muchas veces de manera masiva.
A diferencia del liderazgo corporativo, el liderazgo influenciador no se basa en la posición en el organigrama, sino más bien en el carisma, la credibilidad, y la capacidad de comunicación del líder.
Un líder de influencia tiene una conexión emocional con las personas, su gran fortaleza es la comunicación persuasiva y la creación de redes y alianzas de trabajo. Tiene gran empatía, carisma y adaptación a los contextos.
Para el año 2025, debido a la serie de transformaciones profundas y desafíos sociales, tecnológicos, económicos y culturales que se espera, un líder de influencia ayuda a inspirar en momentos de incertidumbre, moviliza a personas en tiempos de crisis, promociona la creatividad y se alinea con las nuevas generaciones, consolidándose como un agente de cambio social y cohesión comunitaria.
Bonus track: Liderazgo en la era digital
Un líder en la era digital es alguien que entiende y aprovecha el potencial de la tecnología para transformar tanto el funcionamiento de las organizaciones como la manera en la que se conectan con sus equipos.
Este tipo de líder no solo se enfoca en alcanzar los objetivos estratégicos de la empresa, sino que también facilita la adopción de herramientas digitales, fomenta la innovación y promueve una mentalidad orientada al aprendizaje continuo.
Reconoce la importancia de la agilidad y la capacidad de adaptación, aspectos cruciales en un entorno que cambia rápidamente debido a la evolución tecnológica y la transformación digital.
Un líder en la era digital debe ser capaz de gestionar la incertidumbre, guiar a sus equipos a través de la complejidad y crear una cultura donde la colaboración, la empatía y el desarrollo humano sean pilares fundamentales.
Su liderazgo se centra en la transparencia, la confianza y el empoderamiento, lo cual facilita que los equipos trabajen de manera autónoma, a menudo en entornos remotos y distribuidos.
Utilizan datos para tomar decisiones informadas, pero también priorizan la inteligencia emocional para fortalecer la cohesión del equipo y mejorar la experiencia del empleado.
A continuación damos unos tips que debe tener un líder en la era digital:
Tiene un liderazgo remoto y virtual
El liderazgo remoto y virtual ha cobrado una relevancia sin precedentes en los últimos años debido a la expansión del trabajo remoto y los modelos híbridos.
Los líderes que gestionan equipos virtuales deben ser especialmente hábiles para mantener la cohesión del equipo, crear un sentido de pertenencia y garantizar que cada miembro se sienta apoyado y conectado, a pesar de la distancia física.
Requieren ser más conscientes de las diferencias culturales y de los horarios, además de utilizar tecnologías digitales para gestionar el rendimiento y motivar a los colaboradores.
Gestiona equipos distribuidos
La gestión de equipos distribuidos exige una combinación de habilidades tecnológicas y humanas para garantizar que todos los miembros se sientan alineados con los objetivos de la empresa y tengan acceso a los recursos necesarios para su trabajo.
Un líder de un equipo distribuido debe ser capaz de coordinar personas en diferentes zonas horarias y entornos, promoviendo la transparencia, la equidad y el flujo constante de información.
Este tipo de líder crea espacios virtuales que permiten la colaboración efectiva y fomenta una cultura de confianza y autonomía.
En esa medida, utiliza herramientas de gestión de proyectos, videoconferencias y plataformas de comunicación para mantener a todos conectados y orientados a los objetivos comunes.
Tiene una comunicación efectiva en entornos digitales
La comunicación efectiva en entornos digitales es esencial para el éxito del liderazgo en la era moderna, especialmente cuando se trabaja con equipos remotos o distribuidos.
La habilidad para transmitir claramente expectativas, compartir información relevante y mantener a los equipos motivados a través de canales digitales es crucial.
Wellhub para los líderes de empresas
Como lo vimos en el artículo, el liderazgo efectivo para el año 2025 no solo se basará en la capacidad técnica y la experiencia, sino en la habilidad de integrar la estrategia, la empatía y la acción práctica.
Presentamos una integralidad con el Modelo Cabeza, Corazón y Manos, el cual se adapta perfectamente a las nuevas demandas del entorno laboral, donde los líderes deben ser tanto visionarios como cercanos y ágiles en la implementación de sus decisiones.
En Wellhub entendemos que los líderes requieren de herramientas útiles para poder influir en sus equipos de trabajo y el bienestar es una de las más importantes. De hecho de acuerdo con nuestro estudio más reciente encontró que mientras un 94% de los líderes en las organizaciones creen que están haciendo lo suficiente por la salud mental de sus colaboradores/as, solo el 67% de éstos/as concuerda.
Así como un liderazgo positivo aumenta la moral, la productividad y la permanencia de los colaboradores/as, también lo hacen los programas de bienestar laboral. Estos programas refuerzan el bienestar físico y mental, lo que conduce a un mejor desempeño general de los empleados. La sinergia entre el desarrollo del liderazgo y las iniciativas de bienestar crea un dúo poderoso que puede reducir significativamente las tasas de rotación, aumentar la productividad y mejorar tus resultados.
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El equipo editorial de Wellhub ayuda a los líderes de RR. HH. a fomentar el bienestar de sus colaboradores/as. Nuestros trabajos de investigación, análisis de tendencias y guías con consejos prácticos proporcionan las herramientas que aquellos necesitan para mejorar el bienestar de sus equipos, especialmente en una época como la actual, con horizontes profesionales tan cambiantes.