Bienestar para empresas

Estimular el bienestar en el trabajo

Fecha de la última actualización 11 nov 2024
Tiempo de lectura: 15 minutos
El bienestar en el trabajo es una de las acciones que todas las empresas deben de estimular. Las actividades profesionales cotidianas ocupan gran parte del tiempo de las personas, correspondiendo en general, a más de la mitad del período diario en que alguien se despierta. Si el ambiente profesional es el lugar donde el trabajador […]

El bienestar en el trabajo es una de las acciones que todas las empresas deben de estimular. Las actividades profesionales cotidianas ocupan gran parte del tiempo de las personas, correspondiendo en general, a más de la mitad del período diario en que alguien se despierta.

Si el ambiente profesional es el lugar donde el trabajador dedica todo ese tiempo y pone sus energías en favor del crecimiento de una empresa, nada es más justo y productivo que proporcionar condiciones favorables a él. En esta perspectiva, la estimulación del bienestar en el trabajo es fundamental.
Implementar estrategias y acciones capaces de promover el bienestar en el trabajo son factores que tienden a tener impactos positivos en la manera como el profesional ve la empresa con la que contribuye y en su propia actuación dentro de ella.
Por estas razones, el objetivo de este texto es presentar las condiciones, los factores y las prácticas involucradas en la promoción del bienestar profesional, con miras a su implantación.

Aprende lo que trae felicidad en el trabajo 

Antes de descubrir los aspectos que están íntimamente relacionados con la estimulación del bienestar en el trabajo, es necesario saber lo que genera felicidad en las actividades profesionales.

Este conocimiento es importante porque posibilita el direccionamiento de las estrategias y de las acciones en busca de un ambiente de trabajo más sano y placentero. Estas son algunas de las condiciones implicadas:

Me gusta lo que se hace

No es secreto para nadie que cuando no nos gusta algo, solemos reaccionar mal. Esta reacción negativa se manifiesta de diversas formas en las prácticas rutinarias, incluyendo el desempeño insatisfactorio o incluso equivocado de actividades relativas a aquello que no apreciamos.

En algunos casos, el hecho de que no nos guste, puede convertirse en un tipo de aversión, que puede tener consecuencias más serias. Hacer lo que nos gusta es un prerrequisito importante para desarrollar adecuadamente las obligaciones profesionales y ser feliz con ellas, propiciando el bienestar en el trabajo.

Quien hace lo que le gusta, en general, es más competente, aplicado, cuidadoso y proactivo en el desarrollo de sus atribuciones, así como tiende a tener mayor motivación para trabajar.

Esas características profesionales positivas de quien hace lo que le gusta son ocasionadas por una razón bastante simple: da placer a quien las realiza.

De este modo, el placer provocado por la actividad desempeñada lleva a la persona a sentirse bien con lo que está haciendo. Esta sensación genera el deseo de realizar plenamente la tarea y la voluntad de repetirla siempre que sea posible o necesario

Se engaña quien cree que hacer lo que le gusta en el contexto de trabajo se refiere sólo a haber acertado a la hora de elegir la formación para la carrera.

Por supuesto, la profesión ejercida contribuye mucho a la satisfacción y la felicidad de la persona, pero eso no basta. El cargo y las atribuciones de responsabilidad del profesional también son fundamentales para el bienestar en el trabajo.

Por eso, el sector en que el empleado está y el cargo que él ocupa en la empresa en que trabaja son aspectos relevantes que considerar para la promoción de la felicidad en el trabajo.

Es muy común, por cierto, que el profesional se identifique con determinado sector y un determinado cargo según su perfil, preferencias, habilidades e incluso experiencias anteriores.

Estar en control de la agenda

Quien tiene la oportunidad de organizar sus quehaceres se queda más a gusto para estructurar su actuación profesional de acuerdo con las exigencias de la empresa y según las propias necesidades como trabajador.

Obviamente esta autonomía exige madurez del trabajador, que necesita ser capaz de definir las prioridades y distribuir de manera adecuada su tiempo.

En el control de la agenda estimula considerablemente el bienestar del trabajador, ya que tiene la oportunidad de conciliar sus diversos tareas cotidianas.

Esta organización favorece la estructuración de los compromisos profesionales de manera dinámica, sin dejar de considerar las especificidades que tiene el colaborador, tanto en el desarrollo de sus acciones en la empresa como en sus actividades fuera de ella.

Enfrentar nuevos desafíos

Una rutina estancada en la que no existen situaciones estimulantes para la actuación del profesional, es una invitación a la insatisfacción en el trabajo, que, consecuentemente, puede generar infelicidad.

Es bastante común, incluso, que grandes talentos con alto potencial sean desperdiciados al estar involucrados en que actividades que requieran muy poco de sus habilidades profesionales.

Por otro lado, estar ante contextos desafiantes, que demandan la actuación creativa del profesional, tiende a ser una condición muy alentadora para su desempeño en el lugar en que trabaja, contribuyendo a la expansión de la carrera y al bienestar en el trabajo. Esto es porque cuando son desafiados, los profesionales son sacados de su zona de confort, yendo en busca de estrategias y soluciones que enriquecen su actuación.

Además, al ser desafiada, la persona tiende a ver su ejercicio profesional como un tipo de actuación relevante para el contexto general de la empresa, sintiéndose valorada por ella y confiada para realizar sus actividades. Se trata de una forma bastante eficiente de, continuamente, dar sentidos nuevos al trabajo realizado, condición que provoca satisfacción en hacer lo que se debe realizar.

Trabajar en una empresa que estimule a los empleados 

Las empresas que más crecen son aquellas que piensan en sus empleados. Esto sucede porque son los colaboradores de una compañía que la hace existir, depende de ellos el éxito de la corporación. Así, los profesionales que son valorados en sus ambientes de trabajo contribuyen más con ellos, aumentando su productividad y actuando favorablemente para la rentabilidad de la empresa y para el bienestar en el trabajo.
La valorización del empleado se da, sobre todo, por el estímulo, o sea, por medio de aquello que anima y que lleva a la realización de algo.

Esta estimulación puede ser hecha de diversas formas por la institución, como por medio de programas de promoción por mérito, premiación por desempeño o incluso por la implementación de iniciativas cotidianas que busquen la motivación del colaborador.

El tipo de estímulo a ser ofrecido al cuadro de colaboradores dependerá mucho del perfil de los empleados, así como de la política, filosofía y metas de la empresa.

Lo importante es que los colaboradores estén siempre motivados a dar lo mejor en la práctica profesional y también a buscar continuamente el crecimiento intelectual y personal, condiciones que auxilian en la promoción de la felicidad en el trabajo.

¿Cómo promover el bienestar en el trabajo?

Ahora que ya quedaron claras cuáles son las condiciones que contribuyen a que la persona se siente feliz en su ambiente profesional, es fundamental conocer lo que se puede hacer para promover el bienestar en el trabajo.

En ese sentido, te damos algunos consejos bastante eficientes y fáciles de implementar.

Ofrecer un ambiente de trabajo adecuado 

Tener un lugar con condiciones de trabajo adecuadas no es sólo una forma de promover el bienestar en el trabajo, sino un requisito previo que la empresa debe proporcionar a sus profesionales. Así, es fundamental que el ambiente organizacional sea estructurado a fin de favorecer el desempeño del trabajo de manera debe considerar las especificidades de la función profesional y del trabajador.

Adicionalmente también, que se suministren recursos y equipos para que el profesional sea capaz de ejercer adecuadamente su función. En general, las condiciones necesarias abarcan estructuras, procedimientos, así como herramientas de seguridad, iluminación, temperatura, sonoridad, ventilación, asignación e higiene.
Estas condiciones deben considerar principios de la ergonomía, área científica que busca optimizar las relaciones entre hombre y máquinas por medio de métodos y aplicaciones.

Además, es posible incrementar el ambiente de trabajo ofreciendo más confort y oportunidad de socialización a los empleados.

Se pueden crear espacios de convivencia y lugares de descanso, que se utilizarán, por ejemplo, en el horario de almuerzo. Las iniciativas como éstas aumentan la sensación de bienestar durante la práctica profesional.

Estimule la realización de actividad física

No viene de hoy la recomendación médica para que la práctica de actividades físicas sea incorporada en la rutina de cualquier persona, principalmente por los innumerables beneficios que ese tipo de acción trae para la vida de los seres humanos, entre ellos el combate al sedentarismo.

Por esta razón, estimular lapráctica de actividades físicas debe ser una iniciativa continua de las empresas para promover el bienestar de sus colaboradores. Hay varias posibilidades de ofrecer ese estímulo.

La compañía puede promover programas dentro de sus dependencias a partir de la contratación de profesionales especializados, lo que requiere algún espacio.

Otras alternativas son organizar o hasta patrocinar el desarrollo de actividades, como paseos en bicicleta y caminatas, y ofrecer un beneficio de actividad física a los colaboradores.

Esta última posibilidad es muy viable para las empresas. Al adoptarla, la compañía no necesita preocuparse por la contratación de profesionales, disponibilidad y adecuación de espacio, o con la organización de eventos.

Además, tampoco necesita firmar una asociación con varios gimnasios; existen empresas especializadas en la mediación entre la compañía y los gimnasios en los que los profesionales pueden hacer sus actividades físicas, concentrándose todo en un solo beneficio que es igual para todos los empleados. Una solución mucho más simple y democrática.

Estas empresas especializadas proveen planes corporativos para que los profesionales de la compañía contratante frecuente gimnasios. También proporcionan a las empresas contratistas datos generales, como número de colaboradores que asistieron a los gimnasios, contribuyendo a su inteligencia estratégica.

Cuida el clima organizacional

Los factores involucrados en el clima organizacional -es decir, la forma en que el empleado percibe la organización donde trabaja- también son fundamentales para el establecimiento del bienestar en el trabajo. Por lo tanto, es recomendable que la empresa considere cómo su colaborador se siente al desempeñar sus funciones, verificando las dificultades, expectativas y desafíos que tiene. También es importante identificar los tipos de relaciones mantenidas entre los profesionales.

Estos datos pueden obtenerse a través de la aplicación de cuestionarios – que pueden ser respondidos de manera anónima, para dejar el colaborador más a gusto -, realización de entrevistas individuales o reuniones de equipo.

Es necesario que los cuestionamientos hechos sean capaces de evaluar tanto las perspectivas y los comportamientos relevantes para el ejercicio profesional de los funcionarios.

A partir de la recolección de estos datos, la empresa puede trazar un panorama de su clima organizacional, especificando sus puntos negativos y positivos. Con base en la información obtenida, podemos pensar en hacer una evaluación de las acciones posibles para atender las necesidades y anhelos del equipo. Después de eso, se puede dar un retorno a los empleados y las estrategias que se han definido pueden ser implementadas.

Adopta la flexibilidad 

Las posturas corporativas muy rígidas tienden a dejar el clima organizacional más pesado y a contribuir a la desmotivación del empleado. Esto sucede por dos razones principales.

En primer lugar, porque, en general, el colaborador se siente constantemente presionado por las prácticas rigurosas impuestas. En segundo lugar, porque el empleado no estaba a gusto para realizar su trabajo.

La adopción de perspectivas más flexibles para el cumplimiento de horario, el establecimiento de plazos y la ejecución de tareas tiende a ser una estrategia bastante productiva para el mantenimiento del bienestar en el ambiente de trabajo.

Este tipo de postura aumenta la proximidad entre corporación y colaborador, lo que mejora el clima organizacional y contribuye a que el empleado vea la camisa de la empresa.

Dale buenos ejemplos

Tanto en lo que se refiere al ejercicio técnico de la función desempeñada como en relación a las habilidades interpersonales en el trabajo, dar buenos ejemplos es una actitud básica para la promoción del bienestar en el trabajo.

Se trata de una acción bastante eficiente, pues, de modo natural, ayuda en la creación y el mantenimiento de buenas prácticas dentro de la organización, así como auxilia en el aumento de la productividad.

El dar buenos ejemplos es también útil para demostrar coherencia en el contexto de trabajo, lo que vale para cualquier tipo de cargo en la jerarquía de la compañía.

Así, ya sea en la gestión de personas o en el desarrollo rutinario de las habilidades técnicas de cada función, cuando el profesional actúa de modo adecuado, muestra al colega su compromiso con lo que está haciendo. Esto tiende a animar al equipo a actuar de la misma manera.

Inspirarse en grandes empresas para estimular a sus empleados

Una estrategia bastante común adoptada por grandes empresas es proporcionar estímulos a sus empleados para promover el bienestar en el trabajo. Este tipo de política se basa en la necesidad de la compañía de atraer buenos colaboradores y mantener los talentos conquistados o desarrollados.

Existen diversos programas de incentivo, que consisten en diferenciales ofrecidos por las empresas. Estas formas de incentivo pueden ser fijas o variables.

Las medidas fijas ofrecen mensualmente a los colaboradores ventajas, como plan de salud, guardería y vales de alimentación. Las medidas variables se conceden a los empleados cuando golpean las metas preestablecidas, y tienen la forma de una bonificación financiera extra o premios, como viajes, cenas y paseos.

Los programas de incentivos fijos son los más tradicionales y estimulan, principalmente, el ingreso del colaborador en una determinada empresa. Los programas de incentivo variables son aquellos que más contribuyen a la motivación y por consiguiente, aumenta la productividad de los empleados que se sienten desafiados a obtener los premios ofrecidos.

Juntas, las dos medidas son muy eficientes para el mantenimiento del bienestar en el trabajo. Entre las varias empresas que utilizan recursos fijos y variables para estimular a sus colaboradores, están Facebook, Google y Unilever.

Facebook

Facebook, una de las mayores redes sociales del mundo, ofrece licencias de maternidad y paternidad con plazos mayores que la legislación prevé, comidas gourmet y créditos en el sistema de anuncios de la página, los cuales los colaboradores pueden donar a la causa de su preferencia.

Google

Google, el mayor sitio de búsqueda y referencia tecnológica, también propicia licencias de maternidad y paternidad más extensas, comidas gourmet, seguro de vida y hasta ayuda funeraria.

Unilever

Unilever, multinacional en diversos segmentos, ofrece el beneficio de actividad física a sus colaboradores, además de proporcionar horarios flexibles de trabajo, posibilidad de home office y proceso de mentoría con acompañamiento y asesoramiento profesional.

Evitar errores que desmotivan a los empleados

Muchas empresas sin darse cuenta tienen algunas prácticas que obstaculizan la promoción del bienestar de sus colaboradores. Estas acciones son verdaderos errores que desmotivan y tienden a disminuir la productividad de los empleados, poniendo en riesgo el buen funcionamiento de la compañía. Por ejemplo:

  1. Horarios rígidos

Es claro que una empresa debe establecer sus horarios de funcionamiento, ya que eso contribuye a la organización de su dinámica y auxilia en el orden de las actividades a realizar. Esto no significa, sin embargo, que tengan que ser extremadamente rígidos y ni siquiera que necesiten un monitoreo austero para la verificación de su cumplimiento.

La rigidez de los horarios perjudica el rol del colaborador y puede tener repercusiones en la calidad de su actividad profesional. Por eso, es muy importante que la empresa oiga a sus empleados para realizar la distribución de la carga horaria de trabajo, buscando equilibrar las demandas de la compañía con las necesidades del empleado.

Además, es necesario que se confíe en el colaborador. Teniendo en cuenta que él pasó por un proceso selectivo, siendo elegido entre tantas opciones y es porque posee confiabilidad. En esa perspectiva, no es necesario, tampoco sano para las relaciones entre jefatura y jefatura, monitorear rígidamente los horarios de trabajo del empleado.

Si su modelo de negocio también permite que el equipo haga home office, por ejemplo, esa es una gran alternativa. Esta estrategia, sin embargo, debe estar bien planificada, de modo que la productividad se mantenga constante y no obstaculice el rendimiento del empleado.

  1. Evaluación individual de rendimiento

Una empresa está formada por equipos, es decir, ningún empleado trabaja efectivamente solo. Hay una red colaborativa en la cual la producción de una determinada compañía ocurre, lo que demanda la participación de diferentes empleados para la ejecución de las diversas etapas en pro del alcance de un objetivo compartido por todos. Así, los resultados obtenidos son necesariamente colectivos.

Por estas razones, no tiene sentido que la evaluación de desempeño profesional se haga individualmente. Los equipos deben ser evaluados con base en la práctica colaborativa que se desarrolló en busca de cierta meta.

La evaluación colectiva de desempeño posibilita una visión más global del equipo y evita el rozamiento de empleados, que puede llevar a un tipo de competición nociva para la empresa, obstaculizando el progreso de los negocios.

Además, con la evaluación del equipo, todos los colaboradores son conscientes de los errores y aciertos, pudiendo trabajar en conjunto para mejorar sus prácticas profesionales, lo que favorece la ejecución de la función de cada uno.

  1. Burocracias para ser promovido

La posibilidad de promoción es siempre un gran incentivo para el profesional, que tiende a sentirse más motivado con ella. Sin embargo, ocurre que muchas veces esta promoción puede significar un proceso largo y arduo para el colaborador que obtiene las condiciones para alcanzarla.

Para evitar este tipo de trastorno y optimizar el flujo de mérito por desempeño en la empresa, es crucial que se generen mecanismos para impersonalizar el proceso de promoción. Una posibilidad es que el sector de recursos humanos se encargue completamente de estas cuestiones, aprobando o no el cambio, para no involucrar a las jefaturas de los sectores de donde el colaborador está saliendo y para el cual será integrado después del ascenso.

  1. Salarios inmutables 

Es importante que la empresa tenga un plan de remuneración que tenga en cuenta los reajustes económicos, así como el tiempo de servicio y la dedicación del empleado.

Esta programación es muy importante, pues estimula y valora al empleado, además de pagar su prestación de servicios de acuerdo con su merecimiento

Un ambiente profesional sano, en el cual los colaboradores de la empresa son valorados y estimulados, es condición necesaria para el desarrollo satisfactorio de una compañía. Por eso, el establecimiento y el mantenimiento del bienestar en el trabajo deben ser metas constantemente buscadas en la práctica organizacional, garantizando no sólo la productividad de la empresa, sino, principalmente, la satisfacción y la felicidad del profesional.

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Wellhub Editorial Team

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